Solomillo de cerdo en salsa de queso
Ingredientes para
2
solomillos de cerdo
75 gr. queso Roquefort
400 ml. nata para cocinar
100 ml. coñac
Aceite de oliva virgen extra
2 patatas grandes
Sal
pimienta negra recién molida (al gusto)
Preparación de los solomillos de cerdo en salsa de queso
Limpiamos los solomillos de posibles restos de pielecillas o grasa que puedan tener y cortamos en medallones más bien gorditos, de 1,5 o 2 cm. de grueso. En una sartén calentamos 2 o 3 cucharadas de aceite de oliva y salteamos la carne salpimentada.
Yo prefiero no cocinarla demasiado ya que podría quedarse dura, continuará su cocción más adelante con la salsa. Reservamos.
La elección de las patatas es fundamental, pues este plato quiere ir bien acompañado. Las patatas no son todas iguales para freír, depende de la cantidad de almidón que contengan.
En los supermercados ya venden patatas especiales para freír, pero os recomiendo una patata gallega a ser posible vieja, las nuevas llevan mucho almidón.
Pelamos las patatas y las picamos en panadera (en rodajas finas), en bastones (en tiras largas) o en cuartos, elegid el tamaño que más os guste. Hay que intentar que todas sean más o menos igual, especialmente de grosor, para que se hagan por igual.
Después las lavamos bien en un cuenco hasta que el agua fría para quitar el almidón durante unos 5 minutos y secamos con un trapo de algodón. Reservamos.
En la misma sartén donde hemos cocinado la carne, para aprovechar los jugos, añadimos la nata. Cuando esta comience a hervir incorporamos el queso Roquefort desmenuzado y el coñac.
Cocinamos a fuego medio, sin para de remover durante 3 o 4 minutos, hasta que el queso se haya fundido.
Incorporamos la carne que tenemos reservada y guisamos durante 10 minutos removiendo de vez en cuando, hasta que la salsa se haya concentrado con todos los jugos y sabores.
Al mismo tiempo que preparamos la carne (incluso un poco antes, pues nos lleva un poco más de tiempo) en otra sartén, calentamos aceite de oliva virgen extra y comenzamos a freír las patatas que tenemos reservadas.
Debemos cocerlas a fuego lento durante unos 15 minutos, pasado ese tiempo subimos la temperatura al máximo, a unos 180º C aproximadamente, y la freímos hasta que se doren, vigilando para que no se quemen. De esta forma crearemos capa crujiente con la que conseguiremos unas patatas fritas perfectas. constantemente para que no se quemen.
Servimos los solomillos bien calientes.
Para el emplatado, servimos con las patatas fritas en dados o en tiras, unos escalopines de ternera, y salseamos por encima, al gusto de cada uno.
Fuente de rechupete
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