Mantener frescos los mejillones:
Una vez comprados, los mejillones deben ser cocinados cuanto antes. Para conservarlos, es mejor cocinarlos y conservarlos cocidos. Sin embargo es posible conservarlos hasta 2 días en el frigorífico. Para ello debemos mojar un paño en agua con sal, envolver los mejillones y hacer un nudo fuerte para que no se abran. Los colocaremos así en la zona menos fría del frigorífico, para que no mueran.
Limpiar los mejillones:
Para retirar los crustáceos de la concha, golpearemos con la parte no afilada del cuchillo y estos caerán Los hay que utilizan un estropajo de aluminio, y los que no hacen el raspado porque dicen que estos polizones que lleva el mejillón colaboran a darle más sabor a mar.
Eliminaremos el biso o filamento que lleva entre sus dos valvas, cogiendo con la punta del cuchillo el extremo y dando un tirón hacia delante y hacia abajo, para extraerlo y no romper su carne.
Los lavamos bajo el chorro de agua fría y ya podemos cocinarlos.
Cocinar mejillones:
La forma de preparar los mejillones más común es hacerlos al vapor con un poco de vino blanco o agua, zumo de limón y a veces pimienta o laurel. Se cocinan a fuego lento tapando la olla, hasta que se abran. Los podemos dejar así o seguir preparándolos con distintas salsas y preparaciones.
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