4 patatas rojas
- 4 huevos
- 2 zanahorias
- 160 gramos de bonito en conserva bien escurrido
- 200 gramos de guisantes congelados
- ½ taza de olivas negras aragonesas
- ½ taza de perejil fresco picado
- Sal al gusto
- 2 cucharadas de vinagre de Jerez
- 3 cucharadas de AOVE
- ½ cebolla morada en brunoise, remojada en vinagre durante 15 minutos y escurrida (opcional)
Escurrir muy bien el bonito en conserva, añadir perejil fresco picado y sustituir la mayonesa con la que se suele aderezar la ensaladilla tradicional con una salsa de aguacate casera son esos pequeños cambios que harán de este plato una opción tan sabrosa como saludable.
En una cazuela ponemos a hervir agua, cuando haya hervido incorporamos los huevos y cocemos durante 10 minutos. Retiramos del agua, pelamos y reservamos.
Al mismo tiempo en otra cazuela ponemos a hervir agua con dos cucharaditas de sal, añadimos las patatas enteras con piel junto a las zanahorias enteras y peladas. Dejamos cocer durante unos 25 minutos aproximadamente dependiendo del tamaño de las patatas. Cuando hayan pasado unos 20 minutos, comprobamos si la patata está cocida pinchando con un tenedor. Retiramos de la cazuela y dejamos que se enfríen un poco para poder pelar la patata y cortar en dados pequeños la zanahoria. Machacar la patata con un tenedor o machacador.
En otra cazuela con agua hirviendo cocemos los guisantes directamente congelados durante un par de minutos, escurrimos y reservamos.
En una fuente grande añadimos las patatas, las zanahorias y los huevos bien picados. Incorporamos también los guisantes, el bonito bien escurrido, las olivas, el perejil picado y aliñamos con sal, vinagre y aceite. Mezclar bien para que todos los ingredientes se integren.
Colocar en la nevera durante un par de horas o toda la noche, si lo hacemos con antelación. Servir con la salsa de aguacate.
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