Pedimos al pescadero que nos corte dos o tres filetes de atún fresco de un centímetro o centímetro y medio de grosor. Los cortamos en trozos, obteniendo diez o doce piezas, sacando más o menos tres o cuatro de cada filete.
Ponemos una cacerola al fuego con 100 ml de aceite de oliva virgen extra y vamos añadiendo la manteca de cerdo a pegotes, para que se disuelva rápidamente. Agregamos también los dientes de ajo, las bayas de pimienta, los clavos de olor y la hoja de laurel.
Opcional podemos añadir también unas ramitas de tomillo fresco o de romero.
Metemos los trozos de atún dentro de la manteca y bajamos el fuego. En cuanto los filetes hayan cambiado de color, agregamos la manzanilla o el vino blanco que hayamos elegido y dejamos que el conjunto se cocine -con el fuego al mínimo- durante diez minutos aproximadamente. Apagamos el fuego y dejamos que nuestra cacerola se temple. Pasamos con cuidado los trozos de atún a un táper y cubrimos con el líquido de cocción -que mayoritariamente es manteca-. Retiramos los clavos de olor, los dientes de ajo y el laurel. Colamos la manteca para que quede limpia y con algunas bayas de pimienta. Dejamos que el táper se enfríe dentro de la nevera para que la manteca vuelva a cuajar y ya lo tenemos listo para consumir en las próximas semanas.
Fuente Directo al paladar
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